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Análisis Técnico
RENTA 4. Recuerda esta mañana el director general de Renta 4, Jesús Sánchez-Quiñones González, que “España todavía tiene disponible casi 60.000 millones de euros de la línea de crédito habilitada el verano pasado para recapitalizar la banca. Su vigencia y las condiciones pactadas vencen al final de este año. De acuerdo con las manifestaciones de nuestros responsables económicos, nuestra banca está suficientemente capitalizada y no se solicitará una prórroga de dicha línea de financiación. Por tanto, según estas afirmaciones, si a partir del próximo año hiciera falta capital adicional en algunas entidades financieras no se dispondría de los 60.000 millones no utilizados”.

No obstante, este analista destaca que la unión bancaria europea “avanza a paso lento, pero avanza. El próximo año se pondrá en marcha el Mecanismo Único de Supervisión, a través del cual el Banco Central Europeo (BCE) pasará a supervisar 200 entidades europeas, 17 de ellas españolas. Antes de asumir tal responsabilidad, el BCE obligará a los bancos a superar nuevas pruebas de estrés que pueden dar lugar al afloramiento de necesidades adicionales de capital en algunos bancos europeos”. Estos “exámenes”, continúa, “son ejercicios teóricos consistentes en simular cómo se afectaría el balance y los recursos propios de un banco bajo determinadas hipótesis de comportamiento futuro de ciertas variables. Aplicadas dichas hipótesis sobre el balance y cuenta de resultados de los próximos dos o tres años se calcula cuál es el volumen de pérdidas en que incurriría cada entidad. Esas pérdidas teóricas de los próximos años se comparan con los recursos propios actuales, para determinar si son suficientes como para aguantar ese eventual deterioro del balance. Cuanto más severas sean las hipótesis aplicadas en los test de estrés, mayores serán las pérdidas teóricas y mayores las necesidades de recapitalización de determinados bancos”.

Así, destaca: “Las necesidades adicionales de capital para cada entidad dependerán de las hipótesis planteadas. Sin conocer qué hipótesis se utilizarán en el ejercicio de resistencia, es imposible determinar a priori si harán falta más recursos en algunas entidades. A modo de ejemplo, cabe recordar que en los test de estrés realizados el año pasado por Oliver Wyman (OW), se utilizaron dos escenarios: escenario base y escenario adverso. En cada escenario se aplicaron determinadas hipótesis sobre tipos de interés, caída del PIB, incremento del paro, inflación, entre otras variables. Ambos escenarios daban lugar a un volumen de pérdidas que hacían necesaria la recapitalización de algunas entidades. Ahora bien, en el escenario base se exigía un ratio de capital del 9%, mientras que en el escenario adverso sólo se exigía un ratio de capital del 6%”. En este sentido, si esto “exámenes” hubieran “exigido un 9% de capital en el escenario adverso las necesidades de recursos adicionales habrían sido sensiblemente superiores. La modificación de una sola variable habría modificado considerablemente el resultado final”.

Por tanto, concluye: “Existe la errónea creencia de considerar que las pérdidas teóricas resultantes de los test de estrés son pérdidas reales. De hecho, si tras provisionar las cantidades resultantes de las pérdidas teóricas de los test de estrés, las hipótesis no se cumplen y dichas pérdidas no tiene lugar, las entidades aflorarán como beneficios en el futuro las cantidades que antes provisionaron como pérdidas. Nadie conoce cuáles serán las hipótesis empleadas en los nuevos test de estrés. Por tanto, parece aventurado afirmar hoy que ningún banco español necesitará capital adicional. En estas circunstancias, negociar la ampliación de la actual línea de crédito en vigor un año más, con las mismas condiciones existentes en la actualidad, sería una gestión prudente que podría evitar situaciones poco confortables. Saldremos de dudas tras el verano”.
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