Análisis Técnico
Saxo Bank - “Existen causas por las que morir, pero ninguna por la que matar” – Albert Camus

El mundo entero está cada vez más enredado en guerras civiles y conflictos en los que estas palabras de Camus podrían y deberían cobrar sentido, pero no será nunca así. Este artículo es uno de los más difíciles de escribir, ya que en la guerra nunca se puede hablar del bien y el mal. Las guerras siempre están mal por definición y cuentan con una carga personal y emocional absoluta. Pero lo cierto es que tenemos que contar con el “riesgo de guerras” en nuestras perspectivas macro, ya que están aumentando en intensidad, pero también en número de bajas. No voy a condonar a nadie ni a ninguna de las partes envueltas en los conflictos actuales; ya aprendí la lección al abogar por la retirada de Saddam Hussein de su cargo, y resultó que sus sucesores no han sido mejores, por lo que estas palabras de Camus son mi mantra.

La forma más sencilla de “medir” el riesgo geopolítico consiste en fijarse en el precio de la energía. La energía lo es todo para un macroeconomista, ya que supone un gravamen sobre la economía cuando sube y un descuento cuando baja. El elevado nivel de consumo energético hace que este factor resulte crítico en cualquier tipo de previsión que se realice, pese a que este tipo de teorías sobre la energía suelen ser exógenas (¡nos las dan!). Plantéense lo siguiente: todo lo que han hecho esta mañana ha supuesto un consumo energético: despertarse con la alarma de su smartphone (que se ha estado cargando por la noche), preparar café, sacar la leche de la nevera, darse una ducha, conducir hasta el trabajo y entrar en la oficina con el aire acondicionado encendido. Y así el resto del día también seguiremos consumiendo energía.Los recursos energéticos mundiales se extraen principalmente en regiones en vías de desarrollo o de gran “volatilidad”, que suponen un riesgo real de interrupción en el suministro. Aquí subyace un riesgo claro y cuantificable.

La forma en que yo mido el riesgo geopolítico es a través del diferencial entre el 5º contrato del crudo West Texas Intermediate (WTI) y el primer contrato. Está claro que existen otro tipo de factores preocupantes, pero a falta de una alternativa mejor, yo uso esta: (LINK)




Como podemos ver desde el 15 de julio, la “prima por guerra” o siendo más neutrales, la “prima por interrupción” ha aumentado en 2 dólares; los consumidores de todo el mundo ya están pagando 2 dólares más por barril de crudo West Texas Intermediate. Existen varios factores en general que influyen en el mercado del crudo, pero el precio de la energía sigue siendo el factor que tenemos que saber que estable y preferentemente, en caída.

El impacto general de la guerra es negativo pese al análisis glorificado sobre la forma en que la II Guerra Mundial detuvo la recesión; pero pensemos en los años 70, probablemente una analogía más relevante para el conflicto actual en Gaza, Irak, Rusia/Ucrania, Libia y Siria. Muchos dirán que son épocas distintas; por aquel entonces, dependíamos demasiado de Oriente Medio. Es evidente ¡Pero por aquel entonces, los precios rondan solamente los 10-25 dólares!





¡Ahora vivimos con una subida en el precio del petróleo de más de unos 100 dólares respecto de aquellos precios desde 2007! El crudo cuesta ahora cuatro veces más que durante el periodo inflacionista de los años 70, cuando acabamos con Bretton Woods y surgieron los objetivos de inflación de los bancos centrales.

Lo cierto es que la señal por parte del mercado de la energía sobre la demanda energética y el riesgo de que ya hayamos tenido suficiente es muy clara: preparémonos para un crecimiento menor, menor grado de certeza y más riesgos geopolíticos. Pero el mercado mantiene la calma: Israel se habrá contenido en un par de semanas; se encontrará la solución para el conflicto Rusia/Ucrania. Es completamente evidente que no se aceptan los riesgos de cola (Cisnes Negros). El mercado está “perfectamente” con su información; los tipos de interés cero nos van a salvar y a todos nos han hecho comulgar con la idea de que el mundo real no importa. El desempleo, las desigualdades sociales, las guerras, los inocentes muertos y las imágenes de televisión de gente luchando para vivir un día más, son irrelevantes… excepto por el hecho de que para poder seguir viendo crecimiento mundial, tenemos que seguir viendo crecimiento en África, Oriente Medio y Europa Occidental. Tenemos que aceptar que el mundo hoy en día es una auténtica aldea global; nos gustó comprobar cómo bajaban los precios con la globalización y nuestras compañías se volvían más rentables; pero ahora la escalada de las tensiones bélicas reflejan un mundo en el que el crecimiento es escaso, la energía es cara y cada vez resulta más complicado conseguirla y, con eso, cerramos el círculo de las políticas intervencionistas y macroeconómicas.

La escalada de las tensiones en todo el mundo aún tendrá que afectar a los mercados, pero como advertimos: todo lo que es económico sufre un retraso de entre nueve y doce meses; a toda acción le sigue su reacción. Si este estado de alerta se prolonga durante el verano, pueden estar seguros de que el aumento de los precios de la energía afectará de forma considerable no solo al crecimiento mundial, sino también a los mercados; pero no olvidemos que los verdaderos perdedores son los hogares que pierden a sus seres queridos. Camus tenía razón. No hay ninguna razón por la que morir, pero muchas por las que luchar.


Steen Jakobsen,
Jefe economista de Saxo Bank
contador